Basquet femenino, ¿descuido u olvido?
Río Cuarto tiene una amplia trayectoria de básquetbol donde clubes como Atenas y Estudiantes protagonizaban encuentros de alto nivel basquetbolístico atrayendo a los estadios mucho público e hinchas enfervorizados. Completaban la grilla clubes como Indios Ranqueles, Banda Norte, Gorriones, Juvenil, Correo y Telecomunicaciones.
Las chicas tuvieron un parate de varios años sin competencia por varias causas. Una de ellas fue dirigencial. Seis años atrás se reanudó, y hoy el funcionamiento es bastante aceptable. Los clubes tienen varias categorías insertadas en torneos organizados por nuestra Asociación de Básquetbol. Pero no es lo suficientemente compacta para llegar a lograr un objetivo pleno.
Todo este preámbulo es para desembocar en el inconveniente que sufren las jugadoras para poder desarrollar su deporte preferido. En los respectivos clubes tienen que acomodarse a la programación de las categoría masculinas; Algunos clubes entrenan un solo día y, lo peor del caso, con poco tiempo disponible para concretar un entrenamiento efectivo; En otras ocasiones practican con los varones por falta de horarios; Cuando tienen que jugar por el torneo local o provincial todo depende de que el club no esté ocupado por alguna actividad. En definitiva, nuestra chicas tienen que tener el bolso listo y estar atentas para poder entrenar o jugar en el día y hora que algún dirigente de turno se le ocurra.
¿Por qué actuamos así? Creemos que dedicándonos solamente a varoncitos podemos formar un Ginobili y de esa forma salvar al club económicamente. Creemos que ellas no necesitan que su deporte tenga la importancia que tienen los varones y que se conforman con migajas. Creemos que nuestras chicas no pueden tener un torneo donde las canchas se llenen como en otros tiempos. Creemos que ellas no sienten las victorias o las derrotas o salir goleadora de un encuentro o pegar una tapa o hacer 6 asistencias en un juego.
Acaso nos olvidamos que estas jugadoras pueden ser nuestras nietas, nuestras hijas, nuestras hermanas, nuestras novias, nuestras esposas o nuestras madres. ¿Por qué descuidamos a seres que tanto queremos? ¿Será por la urgente necesidad de fama, o la urgente necesidad de dinero? ¿O por tradiciones que tendríamos que cambiar?
Parecería que estamos en un cohete espacial donde la velocidad y el afán por descubrir no nos deja suficiente tiempo para dedicarnos a nuestros afectos. Algunos están en la senda de la reflexión, tratando de ayudar a resolver el problema existente. Otros no tanto.
Reflexionemos y démosle a nuestras chicas la implrtancia que se merecen.