Colapinto reconoce sus inicios

Antes de convertirse en la nueva estrella de la Fórmula 1 y codearse con los pilotos más importantes del mundo, Franco Colapinto era un niño que competía en karting y soñaba con llegar a la elite del automovilismo. El riocuartense Cristian Tejera, su primer motorista y carburista, fue una de las personas que lo acompañó durante esos primeros años en el deporte.

“Conocí a Franco gracias a Martín Acosta (dueño del equipo en el que corría Colapinto). Hubo mucha influencia de cuando nosotros viajábamos afuera. Teníamos un poder firmado por los padres. Ya se veía que era distinto”, recordó Tejera.

“En las competencias, Franco ganaba experiencia dentro del equipo y se empezaba a destacar. La influencia de las carreras internacionales fue clave, especialmente cuando fue a correr a Estados Unidos, donde ya demostraba cualidades que lo hacían único y diferente de otros pilotos de su edad”, explicó el motorista riocuartense.

Para Cristian, una pieza clave para que todo funcione fue el padre de Franco. “Aníbal fue una persona que nunca se metía y nunca opinaba. Siempre lo apoyaba y era muy autocrítico. Cuando Franco se bajaba del auto enojado por algo miraba a su padre y él solo respondía: ´A mí no me mires, tenés quiénes te atienden, arreglátelas con Martín y Cristian», contó.

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