El seleccionado riocuartense de la categoría U13 alcanzó ayer la clasificación para disputar el Final Four. En el partido clave, derrotó a su par de Río Tercero por 50 a 44 y se adjudicó el certamen en forma invicta.
Por su parte, el U17 culminó en el tercer lugar del cuadrangular final, al caer contra Córdoba por 66 a 55. U13 Iniciado el juego de a poco el local comenzó a sacar diferencias debido a su mayor movilidad y capacidad de «saltabilidad», pero además el equipo de Pablo Maldonado sacó una luz de ventaja gracias a la férrea defensa que le permitió contragolpear y anotar dobles de bandeja o con tiros cercas del aro.
Jerónimo Ontivero, Facundo Bringas y Bruno Briet se repartieron el goleo en la victoria parcial de 17/6, mientras que Facundo Cepeda acaparó el tanteador en la visita, sobre todo con conversiones de lanzamientos libres.
En el segundo cuarto, Río Tercero sumó otra torre, Sebastián Destefanis, quien se hizo fuerte debajo de los tableros. El partido se hizo más parejo y de bajo porcentaje de efectividad en ambos equipos.
Sobre el final, Río Cuarto volvió a ser duro en defensa y otra vez recuperó la posesión del balón en los primeros metros del campo rival e hizo canastas cómodas y así se fue al descanso prolongado con una ventaja de 19 puntos (31/12).
Al comenzar el tercer capítulo, el “verde” metió un parcial de 5/0 en los dos minutos iniciales y llevó preocupación al técnico Pablo Maldonado. Es que se quedó sin gol perimetral, ya que en la pintura los grandotes Sebastián Destefanis y Facundo Cepeda se tornaron impasables. Y además Lucas Bargel y Joaquín Errigo de contra sumaron valiosos puntos para descontar en el tanteador general. Ya a la mitad del período, los de Manuel Nicolino estaban al frente en el parcial por 10/2 y terminaron ganando el cuarto por 16/8, aunque en el tablero general los dueños de casa estaban 39/28.
Los últimos diez minutos controlados fueron de igual tenor que los anteriores. Con la misma táctica se plantó Río Tercero que siguió acercándose con el aporte de Facundo Cepeda en la zona uno, mientras que Río Cuarto apostó a presionar en la salida de su rival o correr luego de gol en contra y tirar lejos del canasto para mantenerse al frente del juego que finalizó con una victoria de 50 a 44.
U17
Con la victoria de Río Tercero sobre Oliva (61 a 31), en el partido de primera hora de la última jornada, la suerte ya estaba echada para los riocuartenses: iban por el segundo puesto o el tercero. Mientras que Córdoba -foto- iba por la gloria o por el cuarto puesto.
El comienzo fue de gol por gol; l equipo de Adrián Ávila sacó una pequeña luz con una ráfaga de Agustín Hilmann, autor de un doble y un triple seguidos, pero los de Jorge Siciliano le respondieron con la misma moneda y equipararon el tablero en 11 a los 4’.
En el tramo final volvieron a intercambiarse tantos, con bajos porcentajes de efectividad, por lo que terminó el primer cuarto al frente por 16/15 a favor de los locales, que además de Hilmann tuvo como goleador a Joaquín Lorenzoni, pero la mayoría de los puntos los hizo desde la línea de libres.
En la reanudación del juego, la visita, más concentrado, sacó provecho de un par de situaciones en el ataque y pasó a mandar, aunque por pocos minutos, ya que luego de un tiempo muerto, los riocuartenses ajustaron la defensa y fueron más pacientes a la hora de atacar y volvieron a empardar las acciones.
Si bien la paridad se vio reflejada en el tablero en los siguientes minutos, Córdoba pudo irse a los vestuarios con un mínima diferencia de tres (32 a 29) gracias al aporte de Martín Cabrera y Agustín Mas Delfino. En Río Cuarto, la labor de Joaquín Lorenzoni y Agustín Hilmann fue lo más valioso.
Luego del descanso prolongado, los cordobeses capitalinos ampliaron la brecha. Tomás Ludueña y Martín Cabrera se mostraron inmarcables con su velocidad.
En tanto, los riocuartenses descontaron con una seguidilla de Gerónimo Ruffino que encestó un doble y un triple seguidos, pero no fueron suficientes porque su rival continuó con su dura defensa e induciendo a Río Cuarto al error en el traslado.
En los últimos diez minutos controlados la historia siguió siendo la misma. Los veloces bajitos de la “Docta” (Ludueña y Cabrera) no pararon de correr y asistir a sus compañeros más altos.
Agustín Hilmann, con el sacrificio para hacerse fuerte en los dos tableros y además con su mano “caliente”, puso en juego a su equipo aunque no alcanzó para revertir la historia.
