Estudiantes inició una nueva etapa con el pié derecho, al lograr la definición por penales en su debut en la Copa Argentina. En la tercera participación obtuvo por primera vez la clasificación a la siguiente fase. El pasaporte llegó desde el punto penal, instancia-recordemos- en la que había sido eliminado en las anteriores oportunidades. El derrotado fue Jorge Newbery de Villa Mercedes, equipo con el que igualó 1 a 1 en el tiempo reglamentario. La alegría de la clasificación es el saldo positivo que dejó para Estudiantes este compromiso, que además, marcó el debut de Ricardo Dillon como nuevo DT. «celeste».
Fueron noventa minutos en el que Estudiantes tuvo mayor vocación para ir a buscar el triunfo, pero a la hora de jugar el rendimiento no varió mucho en lo que habían sido sus últimas presentaciones.
Como era de suponer, por historia y por ser el local, fue el “celeste” el que trató de tomar rápidamente el control de las acciones. Se adueñó del territorio y de la pelota, pero lo del primer tiempo fue muy pobre y chato a la hora de tratar de generar juego ofensivo.
Intentó ser el protagonista del juego, pero en el primer tiempo casi no lo consiguió. Sin encontrar sociedades del medio hacia arriba, terminó repitiéndose y jugando largo sin conseguir profundidad.
Con esas características el partido se jugó al ritmo que más le convenía a Jorge Newbery, que llegó a Río Cuarto con un equipo que no es el que habitualmente utiliza en el torneo Argentino B.
El “pitojuán” se paró con dos líneas de cuatro bien definidas y se mostró compacto del medio hacia atrás, tratando de salir rápido de contra cuando encontraba la pelota.
Así se fueron los iniciales cuarenta y cinco minutos en el que el “celeste” sólo estuvo cerca del gol a los 15 con un soberbio remate de Peirone que se encontró con una magnífica respuesta del arquero visitante, Sacha Becerra.
La visita también contó con una clara oportunidad para marcar y fue a los 17, cuando Maximiliano Rosales, increíblemente solo en jugada con pelota detenida, cabeceó apenas desviado.
El arranque del segundo tiempo mostró a un Estudiantes con mayor vocación en ataque.
Rápidamente lo arrinconó a su rival y antes de los cinco minutos tuvo dos chances muy claras. A los 3 un tiro libre de Garraza dio en el travesaño y un minuto más tarde un golpe de cabeza de Peirone se fue rozando un palo.
Pero a medida que pasaban los minutos Estudiantes perdía claridad. Seguía siendo un equipo previsible, sin sorpresas y que terminaba tirando centros demasiado anunciados que eran bien resueltos por los defensores mercedinos.
A los 20 la visita se quedó con uno menos por la expulsión de Ozán. Dillon realizó su primera variante y mandó a la cancha a Martín Dopazo para que trabajara como “enganche” en lugar de López. El cambio le dio sus frutos. Pero no porque el equipo tuviese más juego, sino porque el hombre de Adelia María se salió del libreto y a los 31 (dos minutos antes Quiroga y Jaime estuvieron cerca de abrir el marcador) sacó un tremendo zurdazo desde media distancia que se metió en el ángulo derecho. Golazo y todo a pedir de Estudiantes.
Con uno menos, la visita intentó salir. Y en el mismo momento que Dillon volvió a meter mano en el equipo con cambios como para cerrar el partido, a los 36, Fioramonti sacó un zapatazo desde aproximadamente 40 metros que dio en el travesaño y se metió ante un Cárdenas que se vio sorprendido.
En los minutos finales, el “celeste” buscó pero no tuvo claridad en los metros finales del terreno de juego.
Llegó la definición desde el punto penal y Estudiantes quebró la racha. Los fantasmas de las anteriores eliminaciones por esa vía ante Atenas rondaron el “Ciudad de Río Cuarto”, pero esta vez la historia tuvo un final feliz.
Rivera, Jaime, López y Pérez estuvieron certeros. Cárdenas enmendó su error en el gol y contuvo el disparo de Devia, el remate de Páez dio en el travesaño y el “celeste” sigue en carrera.
El equipo todavía tiene mucho que mejorar. El domingo rendirá un nuevo examen, ante el mismo rival, pero esta vez por el torneo Argentino B.
