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El lamentable arbitraje de Sudáfrica

Lamentable, según el diccionario de la Real Academia Española, es el adjetivo que infunde tristeza, horror o es digno de llorarse. Los que observamos los arbitrajes de Sudáfrica tenemos este sentimiento. Observamos una primera ronda deficitaria, con gruesos errores de apreciación, con árbitros que no estaban a altura de las circunstancias, pero que no habían influenciado en los resultados, ya que la dirección de arbitraje observa y evalúa la toma de decisiones, las cuales fueron correctas en un 96%, de acuerdo a un informe de la FIFA.

Pero los desatinos llegarían en octavos de final, en donde una jugada cambia el rumbo del partido, y es lo que le pasó al árbitro uruguayo Sergio Larrionda cuando su asistente no observa un gol legítimo de Frank Lampard en el partido entre Inglaterra y Alemania en donde, con ese gol, se pondrían 2 a 2. Son los llamados goles fantasmas.

Pero lo curioso es que era un metro adentro y la posición del árbitro era buena. Aquí cambió la historia, su decisión incorrecta perjudicó al equipo inglés y, aunque haya sido su único error, es grosero y será recordado por siempre.

Lo mismo le sucedió a Roberto Rosetti y su asistente al convalidar un gol de Tevez en fuera de juego contra México, que abrió el marcador. Seguramente los mexicanos se acordarán siempre de este árbitro por esa jugada, pero no recordarán nunca sus aciertos.

Pero lo peor que se vio en este mundial fue la final. Con un arbitraje del inglés Howar Melton Webb que dejó que abundara el juego brusco, las patadas violentas (como la que le aplicaron en el pecho a Xavi Hernández), una patada de atrás a Iniesta, la cantidad de amonestados, una conducción del partido sin sentido, muchas protestas que dejaron muy mal parado al arbitraje mundial.

Admiración, según el diccionario de la Real Academia Española, es ver, contemplar o considerar con agrado especiales a alguien que llama la atención por cualidades juzgadas como extraordinarias. Como árbitro tenemos ese sentimiento con la actuación de Horacio Elizondo en el mundial de Alemania 2006, al arbitrar el partido inaugural y la final. Un hecho histórico y sorprendente con una excelente actuación.

Y no nos olvidemos de Héctor Baldassi, quien dirigió cuatro muy buenos partidos en Sudáfrica. El tiene un estilo particular: un poco chueco, petiso, de una sonrisa particular. Aunque no es el estereotipo de FIFA tiene un excelente estado físico, un claro sentido del reglamento y una percepción óptica de la jugada que lo hace especial. Por esto el arbitraje en Argentina está creciendo y mejorando.

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